A menudo se percibe la agricultura como un sector rezagado, con poco valor añadido y alejado de las inversiones de alta rentabilidad. Pero esta visión está lejos de la realidad.
Aunque es cierto que los precios a veces no reflejan el esfuerzo de nuestros agricultores, en general, la agricultura ofrece rendimientos netos muy atractivos para cualquier inversor.
¿Por qué invertir en el sector agrícola?
- Estabilidad como clave del éxito:
Los rendimientos suelen ser siempre iguales y el consumo normalmente, ante un incremento de población global, se empareja a este, con lo cual conseguimos mantener producción y precio constante. Esto nos lleva a planes de viabilidad muy aproximados a la realidad sin grandes sobresaltos a posteriori. - Resiliencia ante las crisis:
No debemos olvidar que en la actual situación de inestabilidad geopolítica, el sector agrícola es primordial ante cualquier escalada bélica o estados de alarma con confinamientos incluidos, donde como por desgracia ya conocemos, el único sector autorizado para seguir funcionando, fue el primario. Esto hace que por muy mal que todo pueda parecer ir, el sector agrícola sigue en pie y esa seguridad debería despertar un gran interés por invertir en él. - Sostenibilidad e innovación:
Por si fuera poco lo ya comentado, los invernaderos y sistemas de cultivo actuales, ayudan a minimizar el impacto medioambiental al ser mucho más sostenibles que tiempo atrás, ayudando a ahorrar recursos hídricos y energéticos.
Comer siempre será una necesidad
Podremos prescindir de muchas cosas, pero comer es algo que hacemos a diario. Por eso, mirar al sector agrícola con nuevos ojos es fundamental. Más allá de los prejuicios, la agricultura es una inversión que combina estabilidad, rentabilidad y sostenibilidad.
